Me gustan…

Me gustan…me encantan los hombres en su soleado verano o en su fértil otoño…¿la primavera?…sí…a veces me sorprende, muy pocas. Pero esos hombres que cruzan y avanzan la línea de los cuarenta, cómo me gustan, me alborotan los sentidos empezando por el suspiro. Se tornan extremadamente sensuales. Apetecibles como fruta madura.

«No importa si no es hermoso
-la fealdad en el hombre puede despertar ciertos atávicos instintos femeninos–
pero es esencial que el pecho sea acogedor
y que los brazos ofrezcan la promesa
de abrazos apretados y tiernos.

Vello en el cuerpo o no,
es cuestión de gustos.
Personalmente los prefiero
tapizados,
con espacios de sombras oscuras
suaves al tacto,
y capaces de llenar el olfato
con el olor del día a flor de piel.

La cintura que se defina, por favor;
que no le sobre, ni le falte,
que no acuse el descuido del dueño,
mas que en ciertas épocas permisibles
donde unas libritas demás,
son sólo testimonio de amables libaciones.

Las manos son definitivas:
deben saber detener la cabeza de la mujer
con el celo con que el marinero escatima al viento
la única lámpara de aceite en medio de la tormenta;
ser ágiles como pájaros o cabras de monte,
capaces de la forja del hierro, la lágrima,
de esculpir los intrincados artesonados del placer.

Las piernas también son importantes
pero les perdonamos las torceduras,
lo tosco, las imperfecciones,
si al encontrarnos con la boca
vemos una sonrisa en la que poder confiar
y unos ojos que nos aseguren la mañana.

La espalda masculina debe ser extensa
como una pradera por donde puedan pasear los búfalos
y los heliotropos,
y es fundamental que en las caderas
se alcen dos colinas
inequívocas, sólidas,
que se nos queden prendidas en la memoria
cuando el hombre se vuelva para marcharse,
alejándose en la noche.

La voz que resuene con vibraciones de bajo
pero que sepa modular
la tensa y dulce melancolía del acordeón,
lamentando el fin de la luna en la ventana.

El hombre, al fin,
ese mítico animal
que reinventa siglo tras siglo
las quimeras que pueblan las obsesiones femeninas,
habrá de conservar,
-perdida la absoluta hegemonía–
todas aquellas cosas
galantes, fuertes, acogedoras,
que, a pesar de todos los pesares,
lo mantienen sólidamente anclado,
en el profundo, incansable mar,
de las hembras».

Receta de varón. Gioconda Belli (una escritora y poeta nicaragüense a quien admiro con fervor).

 

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5 Comments:

  1. Roger marzo 14, 2016 Reply

    Pasando la linea de cuarenta es fantastico.
    Ya sabes que hay mas en la cama que follar y correr.
    Ya sabes que tu cuerpo es como es.
    Ya sabes que la mujer tiene mas que 2 montañas y un túnel.
    Ya sabes que ‘la erotique’ es un juego especial y puede durar mas que 15 minutos
    Ya sabes que en 15 años el juego puede cambiar
    Por eso estás mas enfocado en disfrutar el momento.

    besoR

  2. JOSE "UTEBO" marzo 15, 2016 Reply

    Hermoso post Kenia. Me sacaste una sonrisa, me vi reflejado en estas palabras.Tan hermoso como saber que al otro lado de esta pantalla existen personas como tú. Personas que no hablan, no prometen, no presumen. Personas de las que no esperamos nada y siempre nos sorprenden.
    Oppss..LLueve en Zaragoza. Me encanta ver llover. Querida «amiga» sentémonos a ver llover en la mesa frente a la ventana. Tomemos un café. ¿Sacarina cierto?. Y una generosa ración de tarta de chocolate que hice hoy mismo. No Kenia no te enfades conmigo, se lo que vas a decir, pero un dia es un dia ¿no?. Yo también quiero contarte una historia. Toda historia merece un título ¿cierto? Entonces la llamaremos GRACIAS A TI. Comencemos, mientras, disfruta de la tarta.
    Señorita Kenia García. ¿Quien es usted? ¿De donde has salido? ¿quien la envío? Sabía de ti hace tiempo, te había visto, te había leído, pero cada vez que quería llamarte mi Géminis me hablaba. Perdon no os he presentado. Géminis es mi otro yo, ese otro yo que todos tenemos y nos acompaña toda la vida. Como te decía siempre aparecía el y me decía: «Ella no Jose» «A ella no debes mirarla, a ella no debes acercarte, a ella no debes hablarle» «Siempre te he dicho que la curiosidad mató al gato». Pero yo ya con mis 42 a cuestas siempre he sido un gato travieso, un gato muy curioso y al final recitando a José Saramago le respondí: Géminis,los que dicen eso ¿cuentan si lo que descubrió mereció la pena? Te llamo. Escucho tu voz. Me encanta. Me gustan tus palabras porque me dejan sin las mías. Aumenta mi curiosidad. Aún no sabía cómo, ni cuándo ni donde, pero sabía que sería hermoso. Ya no tenia eleccion. Se concreta la cita.
    Llega el momento. «¿Estas nervioso?» me pregunta Géminis. Puede ser le respondo. Pero me encanta ese nerviosismo, esa adrenalina, ese misterio, esa emoción justo antes de una cita a ciegas. Llamo a tu timbre, subo en el ascensor, se entreabre una puerta y ahí estás tú. Nos miramos, nos besamos, nos presentamos y comenzamos a charlar.»¿qué es lo que más te gusta de ella?» me pregunta Géminis. TODO le respondo yo. El me replica «Jose. De esta no esperes salir triunfador, hoy no apuestas a caballo ganador. Te lo advertí» ¿A que te refieres le pregunté?..»Ayy Jose, amigo mío, esta no es como las demás». Me invitas a conocer los secretos de tu alcoba, la puerta se cierra tras de mí y entonces…..Bueno eso me lo reservo .. a nadie le importa. solo a ti y a mi. Se abre de nuevo la puerta, me acompañas a la salida, nos despedimos y me das las gracias. Mientras bajo en el ascensor me digo ¿ Y encima me da las gracias? GRACIAS A TI. GRACIAS A TI hoy puedo sonreir. GRACIAS A TI hoy soy la persona más feliz. GRACIAS A TI. A través de tu sonrisa transmites felicidad. GRACIAS A TI. Tus caricias con ternura alumbran mi oscuridad.
    Salgo a la calle. » ¿Y ahora que?» me pregunta Geminis.» ¿Te creías invencible? ¿Pensabas que nadie podía perforar tu coraza?¿Pensabas que ella era como las demás?¿La subestimaste?¿Creías que después de ella todo seguiría igual en tu vida solo que con unos euros menos? Querido amigo eso no es lo peor. A través de una grieta se produce una inundación» .Géminis, ya me conoces, yo me enamoro de lo que duele, de lo extraordinario, de lo difícil, de lo que duele. Cállate y haz tu trabajo. Repara esa grieta.
    Conduzco mi coche de vuelta a casa, recojo a mis hijos en el instituto y vamos a comer al restaurante unos grandes amigos míos. Durante la comida P****, mi hija me mira , me sonríe,le sonrío. La amo y lo sabe. Se sabe poseedora de ese amor. Sabe que es la única mujer a la que he amado en mi vida. Llega mi gran amiga A** con la cuenta, la miro y me sonrió. «¿De que te ries Jose?». De nada A**, de nada. Aunque duela bendito intercambio de poder. Duele como cuando vas al masajista. ¿ Recuerdas?
    Volvemos a la calle. Hoy toca parque. Hace una tarde maravillosa, ¿ Y sabes? Pienso que esto también es GRACIAS A TI.

    Vaya. 16:47. Ha dejado de llover y vuelve a brillar el sol. No. No me lo digas. GRACIAS A TI.
    He de volver a mi trabajo. Pero espere un segundo señorita Kenia García. Antes de marchar prometame una cosa. Cuando vuelva a Zaragoza habrá otro café, y esta vez tu me contaras tu historia. ¿ Me lo promete?. BESOS KENIA

    Atentamente: Jose «UTEBO»

    PD: Por favor no cambies, y recuerda. Si alguien juzga tu camino, préstale tus zapatos.

    • Kenia García marzo 15, 2016 Reply

      Ohhhhh, graciaaaassss, le arrancaste una sonrisa a mi alma, personas como tú son las que motivan y suman a la vida de los demás, aportas, gracias de verdad, sólo puedo desearte lo mejor, que la brisa de la vida llene siempre de caricias a tu corazón. Un gran beso, o dos, o tres. Nos vemos Jose de Utebo 🙂

  3. Friné marzo 17, 2016 Reply

    Elegiste un texto fantástico, Kenia. Ese hombre no existe, ese hombre es producto de una cabeza bien amueblada, pero no existe, El verbo que usa la poeta perdonando el canon, es como un cincel que busca esculpir un David con alma

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