Así es la vida

¿Te sentirás o te sientes identificad@?…

En numerosas entrevistas que he concedido, cuando tengo que describir a los clientes siempre destaco, que el perfil tipo es el varón entre 35 y 50 años, casado . aunque potencialmente puede ser cualquier hombre- Hombres por lo tanto, que tienen su trabajo, su familia, su pareja, son padres, de todas las clases socio-económicas y culturales y que si las putas habláramos, se cuestionaría, finalmente, la institución del matrimonio como contexto ideal dónde las personas podemos desarrollar todo nuestro potencial; pero que sin ninguna duda, genera muchas frustraciones, tanto para los hombres como las mujeres, y aunque hay varios factores que influyen en que este modelo adoptado universalmente como el eje principal de organización social, para que se generen estas frustraciones, creo que las variables que más peso tienen son la concepción del amor y de como nos debemos expresar sexualmente. Y es que el sexo y la afectividad, no la tenemos resuelta. Desde el momento en el que nacemos, se nos inculca una manera de amar y una manera de expresarnos sexualmente, muy restrictiva y opresora. En el sexo hay prácticas que se consideran que no son normales y que no se han de realizar, que hay un ideal de relaciones a tener en cuenta, así mismo, la idea del amor romántico nos dice que solamente podemos y debemos disfrutar con una persona…y bla, bla, bla… la realidad es que terminamos, sumidos en un montón de responsabilidades para sacar adelante una familia y el hogar, y que descuidamos el cuidado de la persona que hemos elegido como compañera de vida; la realidad es que no nos atrevemos a hablar de sexo con libertad, no nos atrevemos a explorar con nuestro cuerpo y aprender a dar y recibir placer; no cuidamos la pareja, no se cuida el amor, apenas hay muestras afectivas, apenas se habla, apenas se escucha, tenemos miedo a que nos dejen, al rechazo, a quedarnos solos. Lo estoy resumiendo mucho porque ya hay muy buenas aportaciones sobre estas cuestiones, de lo que no se habla tanto es como se terminan canalizando estas frustraciones. Hombres y mujeres lo hacen, porque las frustraciones generan, además de la infelicidad y los conflictos de pareja las enfermedades mentales, y adicciones, como el alcoholismo, el juego las drogas, el sexo…y en el caso del sexo de pago las prostitutas somos unos contenedores de emociones oprimidas y de esas frustraciones. El hombre que paga por sexo, no solamente está buscando una práctica sexual, busca, a veces sin ser consciente, una parte de su esencia que está siendo castrada, busca distraerse de su cotidianidad, busca por unos instantes muy efímeros, ser libre, a veces también busca ese escenario perfecto, maravilloso, que se vende, en las películas, y no porno precisamente, aunque también es cierto que desafortunadamente el cine porno es la única referencia de educación sexual que hay. Si de verdad se quiere cambiar esta dinámica, es imprescindible educar desde la infancia en una sexualidad libre de tapujos, en un amor, que se base en el respeto, en aceptar a la persona tal como es, en la generosidad, la solidaridad, en que las relaciones fluyan en confianza, que podamos hablar en libertad tanto de nuestros miedos como de lo que nos gustaría, sin que se nos juzgue y sin que se nos cuestione. No vale como respuesta “así es la vida” “así es la sociedad” “es lo que me han enseñado”, no esto no es válido, porque cada uno de nosotros con nuestra actitud en el día a día podemos cambiar nuestro entorno. Mientras esto no sucede, las putas somos testigos excepcionales de esa realidad que ocultamos, (de la misma manera que, paradójicamente, muchas tienen que ocultar que son prostitutas para no ser discriminadas) Así, salvo alguna honrosa excepción, cara a la galería, nos mostramos “normales”, salvanguardándonos de la moral imperante, porque así es la vida…

reflexión de Una mala mujer. Página oficial.
https://www.facebook.com/Una-mala-mujer-Página-oficial-164286007007151/

por

Montse Neira. Licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración por la UAB. Activista. Trabajadora sexual. Investigadora social. Escritora.

«No es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.»

Jiddu Krishnamurti

 

 

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3 Comments:

  1. Kenia García febrero 27, 2017 Reply

    En la imagen de portada, Kenia García, sin filtros ni retoques.

    • Borja marzo 11, 2017 Reply

      Como siempre espectacular Kenia

  2. Benjamin marzo 11, 2019 Reply

    Muy buen artículo, refleja lo que en algún momento de la historia, nos impusieron como norma de «ética» dejando de lado la naturalidad del ser humano. Saludos Kenia.

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